-No debemos pensar que la filosofía sirve sólo para resolver problemas metafísicos.
La ciencia nos dice cómo matar y cómo curar.
Únicamente la sabiduría puede decirnos que no hay que matar y cuándo hay que curar.
La ciencia nos da conocimientos, pero sólo la filosofía puede darnos sabiduría.
-Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras opiniones.
-La palabra es frágil y etérea, pero puede causar más daño que un dardo envenenado. Muchas personas con su lengua pérfida pueden asesinar psicológicamente el prestigio y el honor. Obviemos esta clase de sujetos que merecen todo el desprecio de la sociedad. Son felices cuando estás sumergido en la sima del lodo y el barro y son unos desgraciados cuando tú con tu méritos propios has sabido crearte un porvenir exento de nubarrones. El origen de esta maldad está en la ENVIDIA y de ahí deriva la CALUMNIA. Si fuese legislador impondría a todas esta gente basura una condena de no pronunciar una palabra durante el resto de su vida. Da sentimiento qué con lo corta que es nuestra existencia nos dediquemos a maltratar a nuestros semejantes con la fácil que sería actuar en concordia y fraternidad.
-Ante los necios, la indeferencia.
-Lo mismo que la sangre acude a la herida, así es el amigo (no la familia) acude con diligencia y prontitud cuando éste lo necesita.
-Cuando la vida te cierra una puerta, la esperanza te abre una ventana.
-La amistad te proteje. La familia te envilece.
-La aventura de nuestra vida es una novela. Cada uno de nosotros somos héroes de nuestra propia historia y la escribimos con cada uno de nuestros actos. Con cada una de las decisiones que tomamos cada día.Como una buena novela, nuestra vida se compone de capítulos, unos tristes, otros trágicos y otros muy pocos felices...¿existe la felicidad?
-¡La SONRISA de un niño es la mejor terapia para ser feliz...! Si estás abatido, deprimido, bloqueado y careces de puertas y ventanas por donde salir, SONRÍELES a un NIÑO. ¡Haz la prueba y te convencerás...!
