viernes, 30 de marzo de 2012

LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE





El autor Camilo José Cela en esta novela refleja la influencia de la tradición realista de la posguerra (Siglo XIX) ambiente crudo y decadente que encapsula el mundo de la familia de Pascual Duarte oriunda de un pueblo extremeño, Torremejías, que carece de toda habilidad social.
Cuando un niño se ve sumergido, circundado por un halo, durante su más tierna infancia, de un ambiente hostil, enrarecido e indigente, cuando brota la adolescencia, es consciente del rechazo y marginación que sufre. Su ser más querido, su madre, le menosprecia, le odia. Entonces surge un fuerte shock, una suspensión repentina de la actividad del organismo por causa de una impresión de carácter psíquico, que ante las anómalas situaciones que van desarrollándose no sabe reaccionar como un ente normal, sino todo lo contrario, se torna tosco, huraño y agresivo. Todo este cúmulo de circunstancias llenó el alma de Pascual que se precipitó sin contemplaciones en la sima más dura e injusta que una persona desde su infancia pueda soportar. Su estado psicológico, anímico y social estaba corroído.
Con este comentario de esta historia-ficción no trato en absoluto de justificar la acción reprobable del protagonista. Los asesinatos, obcecado por los sentimientos maltrechos que cometió,
son punibles no cabe la menor duda pero hay que profundizar en el ambiente de cieno, de masa de tierra e inmundicias en que vivía.
Contrajo matrimonio con una buena moza. Preñada de cinco meses y con la esperanza ilusionada de tener su primer vástago, un día trágico, abortó. Él pareció enloquecer. Un nuevo intento haciendo sexo con plenitud queda fecundada. Otro vástago que tras una patología desconocida, fallece a los siete años.
Se involucra en una reyerta por su estado emocional agresivo e ingresa prisión. Cinco navajazos acaba con la vida de su opositor. Los tribunales de justicia lo condenan a permanecer entre rejas cuatro años.
En libertad y sin trabajo opta por iniciar una aventura. Lo había proyectado y lo llevaría a cabo. Su reto tierras gallegas y desde allí embarcar rumbo allende los mares, tierras americanas. Malogradas sus aspiraciones, al carecer de trabajo, retorna a su casa tras un largo espacio de tiempo vagando por La Coruña con el propósito de hallar alguna actividad al menos para cubrir sus necesidades más acuciantes y poder subsistir.
La noticia que fulminó su estado anímico al llegar a Torremejías fue que su esposa estaba preñada de su cuñado. La abandona y busca refugio en el hogar materno. Su madre lo recibe con indiferencia y menosprecio. Inmerso en un océano de confusión, sin esperanzas concibe un plan, persuadido que tendrá que huir para siempre de la tierra le vio nacer.
Asesina a su mujer por adúltera; a su cuñado por infiel y a su madre por perversa.
Estas acciones trágicas que enloquecido llega a cometer Pascual ¿puede sólo ser él culpable de estos horrendos delitos? ¿No sería también la sociedad insolidaria e inhumana que le cobijaba?
En su corazón estaba incrustado el odio, el resentimiento, el despecho. Nunca había percibido un poco de ternura, un gesto de cariño en su niñez. Cuando el árbol se hace adulto es arduo que sus ramas cedan y es el agricultor avezado quien secciona las ramas dejándolo apto para crear frutos. Pascual no tuvo la suerte de hallar en su camino ese agricultor que le condujera por la senda que le moldeara su conducta y su espíritu. La maldad y la carcoma lo habían corroído.
El mensaje que extraigo de este ambiente hostil es que la piedra angular donde el niño se forma como persona inculcándole valores de ética, de sacrificio, de amor es la familia. Si ésta falla la cizaña no cejará en su empeño de erradicar la buena hierba.
¡De todo esto careció el malogrado Pascual...!