lunes, 29 de julio de 2013

POR LA SENDA DE LA VIDA


Una paz inmensa. Aire fresco del crepúsculo. Claridad difusa al amanecer. El rumor de las olas me acompaña con la música que emerge de lo más  profundo de mar. Cierro los ojos y me pongo a soñar. Imagino en la sima más profunda a millares de especies marinas agitándose de aquí para allá buscando su alimento cotidiano. El plancton es el más común por contener microorganismos vegetales. En esa labor intensa, el verbo infinito “depredar” actúa inexorable: cazar para el sustento, individuos de su misma especie o de otra. Lo importante es engullir, tragar la comida atropelladamente. Las especies débiles en su contextura están abocadas, si no a su extinción, sí a la merma progresiva. Gracias a su abundante procreación van controlando, tácitamente, su población. Como reza la máxima “el pez gordo se come al más pequeño” Los que poseen más poderío, más fortaleza, aniquilan con voracidad para conseguir sus objetivos a aquellos que son más débiles, que tienen menos poder económico. La vil materia actúa de forma contundente. Si tienes dinero, puedes comprarlo todo menos lo más importante en ser humano: su DIGNIDAD. A las personas nos sucede algo similar a estas masas heterogéneas de especies. Por la codicia, la avaricia, el ente humano es capaz de los más viles delitos y acciones abominables. ¿Por qué esa obsesión desmedida? Si al final se extrae la conclusión, de que somos seres efímeros, caducos, que nos vamos y aquí, en la Tierra que hemos emergido al mundo, se queda TODO.

 Te haría una reflexión, que tu vida no sea una vegetación. Vegetar, vivir inconscientemente, vivir sin actividad ni inquietudes, es más de animales rumiantes, que de seres humanos. Es necesario que tengas en cuenta que estás vivo, que eres un ente irrepetible, que nadie es ni será igual que tú. Que es necesario, no sólo conveniente, saber amar con sentimiento, pensar en profundidad saboreando cada momento que la vida te ofrece de forma altruista, todo gratis, a cambio de nada.

 El estío acaba de comenzar a dar sus primeros pasos, intentas que no transcurra desapercibido. En la ribera del mar, en la playa, con el batir de las olas contra los guijarros de la orilla, en el campo degustando las mieles de la Naturaleza con paisajes exuberantes, en tu hogar disfrutando de la lectura de un buen libro y de fondo musical el Adagio de Albenoni o el magnetismo de la sinfonía número 40 de Mozart. Partituras que te rodean de magia y te hacen levitar, fenómeno por el que una persona podría elevarse en el espacio, contradiciendo las leyes de la gravedad. Todos los lugares donde estamos asentados son óptimos o pésimos dependiendo de ti, de tu proceder. En nuestro interior tiene que permanecer la distracción, el ánimo de vivir e incluso la diversión, el gozo de cualquier pasatiempo. Quejarse por sistema y no tratar de dar solución es una actitud en nuestra sociedad. Es bien cierto  "el que no llora no mama”  Si no lo haces, no cogerás la teta que te suministre el alimento. También es muy certera la sentencia “la mentira, de tanto repetirla finaliza por ser verdad” A veces un bulo, una vil calumnia puede poner en entredicho el prestigio y el honor de una persona. Los que tienen por base la queja llegan a la conclusión, lo que todo nos rodea es corrupción y es falso como la “monea”. Disfrutar, gozar, sentir el latir de tu corazón incansablemente marcando los pasos de tu vida.

 Por otra parte, la solidaridad encaja perfectamente en el ser humano. En los desastres naturales o por accidentes, el instinto de cooperar, de ayudar, es inmenso. Nos volcamos en las adversidades por paliar la tragedia, aunque sea con palabras consoladoras. La vida nos ha hecho aprender una lección en nuestra actividad cotidiana: que debemos ayudarnos los unos a los otros. Desde mi punto de vista objetivo, es la mejor “gestión bursátil y mercantil” que existe: entregarte sin paliativos a los demás. Y a posteriori, VIVIR intensamente aprovechando los DOS días de nuestra permanencia en este "Valle de Lágrimas” con un y mil problemas desgranados en vicisitudes adversas. Desde esta atalaya denominada “VIVENCIAS” os animo e invito con convicción a paladear todos los instantes de nuestra existencia. ¡Aún nos queda tiempo...! Llegamos a este mundo sin ningún equipo, desnudos, y nos marchamos “vestidos” pero sin vida.