viernes, 25 de febrero de 2011

ESPECTÁCULO FLAMENCO Y ZARZUELA


Tengo que manifestar que no me gustaba el cante flamenco. No lo entendía. Lo valora pero de forma superficial. Aunque resulte paradójico que a un andaluz, onubense no le agradara los cantes genuinos de su tierra parece inconcebible. Pero así era. Escribo en modo indicativo, pretérito imperfecto “era”. Porque desde el sábado cinco de Febrero cambié radicalmente el concepto.
El TEATRO MAESTRANZA de Sevilla en su programación edición 2010/2011 presentó el espectáculo flamenco “REMBRANZAS” de CARMEN LINARES.
Carmen Linares “cantaora” indiscutible de nuestra época, ha conquistado por méritos propios un lugar privilegiado de la cultura musical española contemporánea. Se ha convertido en un referente de su parcela y en una de las artistas más aclamadas y con más proyección internacional.
Agotadas todas las 1800 localidades del aforo del vanguardista teatro. Se palpaba en el ambiente expectación.
El elenco artístico configurado por figuras de renombre dieron color y sabor rancio con sus guitarras, piano, percusión,contrabajo, violín, flauta, coros y palmas a un espectáculo netamente flamenco que nos hizo vibrar de emoción.
La programación selecta conformada por “Canciones de Lorca”. Tarantas y Cartagenera. Bulerías por Soleá. Amor Brujo. Malagueña. Seguiriya. Moguer. La voz que a mí me alumbraba. Canto de la Resignación. Cantiñas. Asesinado por el Cielo y Casida del Sediento.
Artista invitado Miguel Poveda que puso colofón con su peculiar estilo flamenco el broche a una velada preñada de sabores y colores.


ZARZUELA, DOÑA FRANCISQUITA de Amadeo Vives.

Otra jornada celebrada en el Coliseo del Maestranza donde la brillantez y la puesta en escena fue el binomio para el triunfo sin paliativos de la producción del Teatro de la Zarzuela de Madrid.
La Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, el Coro de la A.A. Del Teatro de la Maestranza y la Orquesta de Plectro de Córdoba actuaron pletóricos de aciertos. Una Comedia Lírica en tres actos basada en el libro de Lope de Vega “La discreta enamorada”.
El público absorto, ensimismado con tanto arte y belleza, prorrumpió puesto en pie con un aplauso entusiasta que hizo temblar las infraestructuras del Templo de la Música.
El espectáculo con una duración de dos horas y cincuenta minutos se diluyó en escasos instantes.
Lo que viene a corroborar que cuando un espectáculo posee calidad extrema el tiempo no cuenta. Los relojes se paran para dar paso a un acontecimiento con LUZ propia.